El Don de Repartimiento – El Poder de Dios

El Don de Repartimiento – El Poder de Dios


La iglesia es un cuerpo, conformado por diferentes miembros a los que el Espíritu Santo repartió diferentes dones. Uno de ellos es el de repartimiento. Los miembros de la iglesia de Cristo deben conocer cómo usar este don de repartimiento en cumplimiento a la misión de la misma.

Dios nos ha dado a todos diferentes capacidades, según lo que él quiso darle a cada uno. Por eso, si Dios nos autoriza para hablar en su nombre, hagámoslo como corresponde a un seguidor de Cristo. 7 Si nos pone a servir a otros, sirvámosles bien. Si nos da la capacidad de enseñar, dediquémonos a enseñar.8 Si nos pide animar a los demás, debemos animarlos. Si de compartir nuestros bienes se trata, no seamos tacaños. Si debemos dirigir a los demás, pongamos en ello todo nuestro empeño. Y si nos toca ayudar a los necesitados, hagámoslo con alegría. Romanos 12:6-8

Posiblemente  es la primera vez que lo oyes, sin embargo está 
plasmado en las Sagradas Escrituras, siendo el ejemplo principal.

Dios amó tanto a la gente de este mundo, que me entregó a mí, que soy su único Hijo, para que todo el que crea en mí no muera, sino que tenga vida eterna. 17 Porque Dios no me envió a este mundo para condenar a la gente, sino para salvarla. Juan 3:16-17

El don de repartimiento es sinónimo de dar y distribuir.


Siempre que ayuda a los pobres,
lo hace con generosidad;
en todo sale triunfante,
y levanta la cabeza con orgullo.
Salmos 112:9

El diccionario nos dice  que repartir es; Distribuir algo dividiéndolo en partes, distribuir por lugares distintos o entre personas diferentes. Y es sinónimo de dar, compartir, distribuir. Dios en su gran amor y misericordia, reparte y da a los necesitados.

El Señor Jesucristo  como ejemplo supremo de dar y repartir.


Yo he venido para que todos ustedes tengan vida, y para que la vivan plenamente en abundancia. Juan 10:10b

Cristo vino a darnos vida y vida en abundancia, esto es 
esencialmente la vida eterna, pero sin dejar a un lado todo lo que necesitamos para vivir en esta tierra. Cristo se ofreció a si mismo por amor a nosotros para llevar nuestros pecados en la cruz del calvario y así hacer posible nuestra salvación y el perdón de nuestros pecados.

 Pero Dios nos demostró su gran amor al enviar a Jesucristo a morir por nosotros, a pesar de que nosotros todavía éramos pecadores. Romanos 5:8

El Espíritu Santo reparte dones a la iglesia.


Pero es el Espíritu Santo mismo el que hace todo esto, y el que decide qué capacidad darle a cada uno. 1Corintios 12:11

El Espíritu Santo, da el don de repartir a la iglesia y este debe 
usarse con liberalidad, esto es distribuir a alguien generosamente sus bienes sin esperar recompensa.

El Espíritu Santo nos guía para que usemos este don en favor 
de la iglesia y de los inconversos para que conozcan  a través de ello el amor de Dios.

El uso del don de repartimiento para cumplir y ejercer la misión de la iglesia primitiva.

 Los seguidores de Jesús compartían unos con otros lo que tenían. 45 Vendían sus propiedades y repartían el dinero entre todos. A cada uno le daban según lo que necesitaba. 46 Además, todos los días iban al templo y celebraban la Cena del Señor, y compartían la comida con cariño y alegría. 47 Juntos alababan a Dios, y todos en la ciudad los querían. Cada día el Señor hacía que muchos creyeran en él y se salvaran. De ese modo, el grupo de sus seguidores se iba haciendo cada vez más grande.  Hechos 2:44-47

Podemos ver que la primera iglesia manifestó el don de 
repartimiento con hechos muy notorios con el objeto de ayudar al necesitado tanto al interior como al exterior de la misma, y el pueblo daba testimonio de ello. El efecto que causo era tan tremendo  que dice la escritura que el Señor añadía cada día a su iglesia los que habían de ser salvos.

La iglesia actual  debe seguir el ejemplo de la iglesia primitiva.


En ese tiempo, unos profetas fueron de Jerusalén a Antioquía. 28 Uno de ellos, llamado Agabo, recibió la ayuda del Espíritu Santo y anunció que mucha gente en el mundo no tendría nada para comer. Y esto ocurrió, en verdad, cuando el emperador Claudio gobernaba en Roma. 29Los seguidores de Jesús en Antioquía se pusieron de acuerdo para ayudar a los cristianos en la región de Judea, y cada uno dio todo lo que pudo dar.30 Entonces Bernabé y Saulo llevaron el dinero a Jerusalén, y lo entregaron a los líderes de la iglesia. Hechos 27:30

Como en aquellos tiempos hoy en día se presentan graves situaciones de hambre y necesidad en nuestro país y aun en nuestras iglesias a nivel mundial. Es necesario poner atención al interior y exterior de nuestra iglesia para ayudar y mostrar con hechos que el amor  de Cristo está en nosotros, así como lo hizo la primera iglesia.

El cristiano debe ejercer este don para testimonio y salvación de las almas.

Y Jesucristo nos dio este mandamiento: ¡Amen a Dios, y ámense unos a otros!  1Juan 4:21

Es indispensable que el cristiano se limpie de todo egoísmo, se disponga a dar y repartir, dando de gracia lo que de gracia ha recibido, pues esto es un fuerte testimonio del amor de Dios. El cristiano debe participar en aquellos ministerios y programas  de ayuda a los ancianos, niños y necesitados, poniendo su tiempo, su vehículo, su aportación en especie o monetaria.
El mundo actual se convulsiona por múltiples problemas y grandes necesidades, la iglesia  es llamada para ser esa mano de Dios que se extiende a través de nosotros para mostrar el amor y la misericordia del señor Jesucristo al necesitado. Este testimonio es necesario junto con la predicación de la Palabra de Dios, para que sean añadidos  cada día a la iglesia los que han de ser salvos.

El Poder de Dios