¿Cree en la Fe Cristiana? Parte 1 - El Poder de Dios

¿Cree en la Fe Cristiana? Parte 1 - El Poder de Dios

1.  Credibilidad en la Fe Cristiana.

Cristo dijo que vino del cielo para cumplir las profecías, 
morir por nuestros pecados y llevar a su Padre a todos los que creyeran en Él. La lógica dice que era un mentiroso, un lunático, una leyenda o el Señor del cielo. Sus seguidores del primer siglo sacaron sus propias conclusiones.

Durante su ministerio, cuando algunos de los seguidores de Jesús no aprobaron  sus enseñanzas  y lo abandonaron, pregunto a aquellos que se encontraban más cerca de Él si también deseaban irse. Pedro respondió por todos al decir: Señor ¿a quién iremos? Tú tienes palabra de vida eterna y nosotros hemos creído y conocido que tú eres el Cristo, el hijo del Dios viviente.

Simón Pedro le contestó:
¿Y a quién seguiríamos, Señor? Sólo tus palabras dan vida eterna.69 Nosotros hemos creído en ti, y sabemos que tú eres el Hijo de Dios. Juan 6:68-69

2.      Confiabilidad en la Fe Cristiana.

El libro en el cual se basa la Fe Cristiana fue escrito durante un periodo de cerca de 1600 años por cuarenta autores  diferentes, y cuenta una historia  que comienza con la creación y termina en el umbral de la eternidad. La integridad de su registro histórico y geográfico tiene apoyo arqueológico. La exactitud con la que se ha copiado y ha llegado a nosotros ha sido confirmada por los rollos del mar muerto de Qumrán.

3.      Explicaciones en la Fe Cristiana.

Todos los sistemas religiosos tratan de dar significado a nuestra existencia. Todos intentan explicar nuestra sed de significación, el problema del dolor y lo inevitable de la muerte. 
Todas las religiones tratan de aplicar  el diseño del cosmos a nuestra vida individual. Sin embargo, en la fe cristiana, ese diseño refleja una cuidadosa atención al detalle que es muy evidente en las especies y ecosistemas del mundo natural.
Es  Cristo quien habla de un Padre que conoce cada pajarillo que cae, un Padre que cuenta hasta los cabellos de nuestra cabeza.
Dos pajaritos no valen más que una moneda. Sin embargo, ningún pajarito muere sin que Dios, el Padre de ustedes, lo permita.30 ¡Dios sabe hasta cuántos cabellos tienen ustedes en la cabeza!31 Por eso, no tengan miedo. Ustedes valen mucho más que todos los pajaritos. Mateo 10:29-31

Es Cristo quien revela a un Dios que demuestra cuanto le importa todo lo que ha creado. Es Cristo quien se vistió de humanidad para sentir lo que sentimos y para luego sufrir y morir en nuestro lugar.

4.      Continuidad en la Fe Cristiana.

Aquellos que confían en Cristo aceptan al mismo creador y Señor que adoraron Adán, Abraham, Sara, Moisés, David, Salomón, etc. Jesús no rechazo el pasado. Era el Dios del pasado.
Antes de que todo comenzara ya existía aquel que es la Palabra. La Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios. 2 Cuando Dios creó todas las cosas, allí estaba la Palabra. 3 Todo fue creado por la Palabra, y sin la Palabra nada se hizo. 4 De la Palabra nace la vida, y la Palabra, que es la vida, es también nuestra luz. 5 La luz alumbra en la oscuridad, ¡y nada puede destruirla! 6 Dios envió a un hombre llamado Juan, 7 para que hablara con la gente y la convenciera de creer en la luz. 8 Juan no era la luz; él sólo vino para mostrar quién era la luz. 9 Y la luz verdadera pronto llegaría a este mundo. 10 Aquel que es la Palabra estaba en el mundo. Dios creó el mundo por medio de aquel que es la Palabra, pero la gente no lo reconoció. 11 La Palabra vino a vivir a este mundo, pero su pueblo no la aceptó. 12 Pero aquellos que la aceptaron y creyeron en ella, llegaron a ser hijos de Dios. 13 Son hijos de Dios por voluntad divina, no por voluntad humana. 14 Aquel que es la Palabra habitó entre nosotros y fue como uno de nosotros. Vimos el poder que le pertenece como Hijo único de Dios, pues nos ha mostrado todo el amor y toda la verdad. Juan 1:1-14

"La Fe Cristiana no surge con Cristo". Desde el Génesis hasta el apocalipsis es una sola historia. Es su historia y la nuestra.
Escúchenme bien, porque voy a hablarles de Jesús, el que vivía en Nazaret. Todos nosotros sabemos que Dios lo envió. También sabemos que Dios le dio grandes poderes, porque lo vimos hacer grandes maravillas y señales.
23 Desde el principio, Dios había decidido que Jesús sufriera, y que fuera entregado a sus enemigos. Ustedes lo ataron y lo entregaron a los romanos, para que lo mataran. 24 ¡Pero Dios hizo que Jesús resucitara! ¡Y es que la muerte no tenía ningún poder sobre él!25 Hace mucho tiempo, el rey David dijo lo siguiente acerca de Jesús:
“Yo siempre te tengo presente;
si tú estás a mi lado,
nada me hará caer.
26 Por eso estoy muy contento,
por eso canto de alegría,
por eso vivo confiado.
27  ¡Tú no me dejarás morir
ni me abandonarás en el sepulcro,
pues soy tu fiel servidor!
28 Tú me enseñaste a vivir
como a ti te gusta.
Contigo a mi lado
soy verdaderamente feliz.”
29 Amigos israelitas, hablemos claro. Cuando David murió, fue enterrado, y todos sabemos dónde está su tumba. 30 Y como David era profeta, Dios le prometió que un familiar suyo sería rey de Israel.
31 David sabía que Dios cumpliría su promesa. Por eso dijo que el Mesías no moriría para siempre, sino que resucitaría. 32 Todos nosotros somos testigos de que Dios resucitó a Jesús, 33 y de que luego lo llevó al cielo y lo sentó a su derecha.
Dios le dio a Jesús el Espíritu Santo. Y ahora Jesús nos ha dado ese mismo Espíritu, pues nos lo había prometido. ¡Y esto es lo que ustedes están viendo y oyendo!
34 Sabemos que quien subió al cielo no fue David, pues él mismo dice:
“Dios le dijo a mi Señor el Mesías: ‘Siéntate a la derecha de mi trono  35 hasta que yo derrote a tus enemigos.’” 36 Israelitas, ustedes tienen que reconocer, de una vez por todas, que a este mismo Jesús, a quien ustedes mataron en una cruz, Dios le ha dado poder y autoridad sobre toda la humanidad. 37 Todos los que oyeron estas palabras se pusieron muy tristes y preocupados. Entonces les preguntaron a Pedro y a los demás apóstoles:
Amigos israelitas, ¿y qué debemos hacer?
38 Pedro les contestó:
Pídanle perdón a Dios, vuelvan a obedecerlo, y dejen que nosotros los bauticemos en el nombre de Jesucristo. Así Dios los perdonará y les dará el Espíritu Santo. 39 Esta promesa es para ustedes y para sus hijos, y para todos los que nuestro Dios quiera salvar en otras partes del mundo
Hechos 2:22-39

Queridos hermanos, quiero recordarles la buena noticia que les di. Ustedes la recibieron con gusto y confiaron en ella. 2 Si continúan confiando firmemente en esa buena noticia, serán salvos. Pero si no, de nada les servirá haberla aceptado.
3 Lo primero que les enseñé fue lo mismo que yo aprendí: que Cristo murió en lugar de nosotros, que éramos pecadores. Tal como lo enseña la Biblia, 4 fue sepultado y, después de tres días, Dios lo resucitó. 5 Primero se le apareció a Pedro, y después a los doce apóstoles. 6 Luego se les apareció a más de quinientos de sus seguidores a la vez. Algunos de ellos todavía viven, y otros ya murieron. 7 Más tarde se apareció a Santiago, y luego a todos los apóstoles. 8 Por último, se me apareció a mí; a pesar de que lo conocí mucho tiempo después que los otros apóstoles. 1Corintios 15: 1-8


El Poder de Dios