Prosperar en el Orden de Dios – El Poder de Dios

Prosperar en el Orden de Dios – El Poder de Dios

Amigo lector, hermano en Cristo, te has preguntado en algún momento de tu vida ¿Que es prosperar? ¿Cómo puedo prosperar?
Estoy seguro que sí. Quizá conoces gente que ha prosperado en todo o en alguna área de su vida o posiblemente tú eres de los que trabajan, se esfuerza y hace todo lo que cree que se necesita hacer para prosperar pero no logra conseguirlo.
En palabras sencillas ¿Que es prosperar?
Prosperar es: progresar, mejorar, avanzar, tener aceptación o éxito.
Como puedes ver, prosperar no se refiere específicamente al Dinero, sino que puede ser en cualquier otro aspecto de tu vida. Te voy a compartir que es prosperar, pero que es prosperar en el orden de Dios, esperando que te sea de utilidad, pero sobre todo de bendición.
El dinero realmente no es malo, de hecho  es una excelente herramienta, sabemos que se requiere para cubrir nuestras necesidades por lo menos las básicas, como: alimento, vestimenta, casa, etc. pero algo bien cierto es que todos los males comienzan cuando sólo se piensa en el dinero. Por el deseo de amontonarlo, muchos se olvidaron de obedecer a Dios y acabaron por tener muchos problemas y sufrimientos. 1 Timoteo 6:10

¿Cuál es la actitud que debemos tener hacia el dinero?

El problema es la Actitud, es decir el Amor hacia el dinero; hoy la gente quiere adinerarse para tener poder e influencia, por deseos egoístas  de buscar placer como las drogas, el sexo, el alcohol, todo lo que produce una vida desordenada.
Las consecuencias de tener una actitud  de codicia, avaricia, envidia, un afán excesivo por llenarse los bolsillos de dinero no importando el cómo o el porqué. Trae como consecuencia, la tentación y lazo que hunde al hombre en destrucción y perdición.
Los cristianos que tienen mala actitud hacia el dinero son igual de peligroso como una persona que es inconversa, pues se pueden desviar o extraviar  de la Fe y acarrean muchos dolores, aflicciones y males.
¡No vivan siempre con el deseo de tener más y más! No por ser dueños de muchas cosas se vive una vida larga y feliz.
Ejemplo: Las tierras de un hombre muy rico habían dado una gran cosecha. Era tanto lo que se había recogido, que el rico no sabía dónde guardar los granos. Pero después de pensarlo dijo: Ya sé lo que haré. Destruiré mis viejos graneros, y mandaré a construir unos mucho más grandes. Allí guardaré lo que he cosechado y todo lo que tengo. Después me diré: “¡Ya tienes suficiente para vivir muchos años! ¡Come, bebe, diviértete y disfruta de la vida lo más que puedas!”
Pero Dios le dijo: ¡Qué tonto eres! Esta misma noche vas a morir, y otros disfrutarán de todo esto que has guardado.
Así les pasa a todos los que amontonan riquezas para sí mismos. Se creen muy ricos pero, en realidad, ante Dios son pobres.
Hacer producir y guardar  es parte  de la buena administración, pero el problema es que quieres guardar todo tus bienes olvidándote ser rico para con Dios, debes darle a Él lo que le corresponde. Lucas 12:16-21

Tres enseñanzas para Prosperar en el Orden de Dios

1. Hay que producir, es decir trabaje, esfuércese, multiplicando lo que Dios nos ha dado para su Gloria.
2.  Hay que guardar, es decir ahorrar para futuras inversiones o situaciones que se necesitan. Si tiene pensado gastar más o adquirir algún regalo, recuerde buscar una fuente de ingresos que le pague ese regalo, y el remanente guárdelo.
3.  Hay que darle al Señor lo que es de Él, lo que le pertenece. Cumpla con Dios porque Él le da el poder  para hacer riquezas.
No se les ocurra pensar: “Toda esta riqueza la hemos ganado con nuestro propio esfuerzo.” Deben acordarse del Señor su Dios, ya que ha sido él quien les ha dado las fuerzas para adquirirla, cumpliendo así con ustedes la alianza que antes había hecho con los antepasados de ustedes. Deuteronomio 8:18
Crea, confié y tenga la plena seguridad  de que usted puede Prosperar en el Orden de Dios porque esa es la voluntad de nuestro Dios Padre Celestial. Dele la prioridad si Él es su Dios, su Padre; debe honrarlo como tal, diezmos y ofrendas para el Señor. Amen
El Poder de Dios