La Iglesia de Cristo y el Estado – El Poder de Dios

La Iglesia de Cristo y el Estado
 El Poder de Dios

La Iglesia de Cristo y el Estado – El Poder de Dios


En este tema de la separación entre la Iglesia de Cristo y el Estado se tomara el pasaje de San Mateo en donde nuestro Señor Jesucristo fija la sentencia.
Pues den al emperador lo que es del emperador, y a Dios lo que es de Dios. Mateo 22:21

En todo momento  es importante, pero sobre todo en este tiempo que están muy próximas las elecciones a celebrarse en nuestro país lograr un mejor cambio dentro del gobierno.

Consideremos tres aspectos importantes dentro de la Iglesia de Cristo y el Estado que deben movernos al cambio, al progreso, al avance, a la reflexión.
El primero de ellos tiene que ver con la Justicia,
El libro de Éxodo 23:1-3 en su apartado relativo a las leyes humanitarias da las siguientes ordenanzas.
1 No divulgues informes falsos.
No te hagas cómplice del malvado ni apoyes los testimonios del violento.
No imites la maldad de las mayorías.
No te dejes llevar por la mayoría en un proceso legal.
No perviertas la justicia tomando partido con la mayoría.
3 No seas parcial o favorezcas indebidamente las demandas legales del pobre… leer hasta el V.13

Es decir, la justicia entre el pueblo de Dios no solo es una amable recomendación sino un mandamiento.

El segundo aspecto en la Iglesia de Cristo y el Estado es la bendición que traemos a nuestra Nación, Estado, Municipio, Ciudad o pueblo donde habitamos por ser rectos.
Proverbios 11:10-11 establece:
Cuando los justos prosperan, la ciudad se alegra;
cuando los malvados mueren, salta de alegría.
11 Con la bendición de los justos se construye una ciudad,
pero las palabras de los malvados la destruyen.
Que grande privilegio ser bendición para nuestra ciudad, para nuestra comunidad y familia, gloria a Dios.
Por último, la tercera reflexión de la Iglesia de Cristo y el Estado es para que oremos por nuestros gobernantes; que Dios les de sabiduría para gobernar y que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad.
En 1Timoteo 2:1-2 nos dice lo siguiente:
Ante todo recomiendo que se hagan peticiones, oraciones, súplicas y acciones de gracias a Dios por toda la humanidad. Se debe orar por los que gobiernan y por todas las autoridades, para que podamos gozar de una vida tranquila y pacífica, con toda piedad y dignidad. 3 Esto es bueno y agrada a Dios nuestro Salvador…

Consideremos siempre que dentro de la Iglesia de Cristo y el Estado la Palabra de Dios nos guiara a toda verdad, ejerciendo  nuestros derechos  y facultades poniendo siempre en las manos de Dios Padre a nuestra Nación, Estado, Municipio, Ciudad y comunidad, para que la voluntad del Padre se cumpla en todo momento.

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