La sal de la tierra y la luz del mundo en el Cristianismo –
El Poder de Dios
Ustedes son como la sal que se pone en el horno de barro para
aumentar su calor. Si la sal pierde esa capacidad, ya no sirve para nada, sino
para que la tiren a la calle y la gente la pisotee.
Ustedes son como una luz que ilumina a todos. Son como una ciudad
construida en la parte más alta de un cerro y que todos pueden ver. Nadie enciende una lámpara
para meterla debajo de un cajón. Todo lo contrario: la pone en un lugar alto
para que alumbre a todos los que están en la casa.
De la misma manera, la conducta del cristiano debe ser como una
luz que ilumine y muestre cómo se obedece a Dios. Hagan buenas acciones. Así
los demás las verán y alabarán a Dios, el Padre de ustedes que está en el cielo.
La Biblia enseña que el cristiano es la sal de la tierra y la luz
del mundo; nos da ejemplos prácticos para alumbrar y sazonar este mundo para
que éste sea salvo y glorifique a Dios.
La sal en el Antiguo testamento y en épocas que no había neveras,
era indispensable para conservar la comida. Una comida sin sal es desabrida. El
consumo de sal modifica nuestro comportamiento frente a los alimentos, ya que
es un generador del apetito y de sed. Es por ello que se emplea usualmente en
dos áreas: como condimento de alimentos
y como conservante en los sazones de
carnes y pescado.
Ahora veamos, las funciones de la luz, en un faro por ejemplo
funge como guía, y dentro de las casas ayuda a evitar tropiezos, haciendo
visible lo que podría ser un peligro.
1. La responsabilidad del discípulo de Cristo de
ser la sal de la tierra y la luz del mundo.
Ser la Sal de la tierra y la Luz del mundo es un deber cristiano
Jesús volvió a hablarle a la gente:
—Yo soy la
luz que alumbra a todos los que viven en este mundo. Síganme y no caminarán en
la oscuridad, pues tendrán la luz que les da vida. Juan 8:12
Un deber es estar obligado a realizar algo según las leyes o
normas. Es adquirir un compromiso o responsabilidad seria. El incumplimiento de
un deber siempre trae consecuencias lamentables.
El Señor Jesús afirma que la iglesia es la sal de la tierra y la
luz del mundo, no da oportunidad de elección, es un deber. La sal y la luz por
ley natural están obligadas al
cumplimiento de sus propiedades; si no cumplen su función, no sirven para nada.
Ser sal es un deber de sazón y conservación.
La sal es buena, pero cuando pierde sus
capacidades se tira a la basura, pues ya no sirve ni para el horno de barro ni
para hacer combustible con el estiércol. ¡Si en verdad tienen oídos, presten
mucha atención! Lucas 14:34-35
La iglesia
además de ser responsable de brindar a este mundo lleno de insípidas situaciones,
ese sabor que el amor de Dios da; también es responsable de ser generador de apetito del Pan de Vida, y de sed del Agua
Viva. Es decir cuando el mundo conoce vidas llenas de Dios, este tendrá hambre
de saciarse de Él.
La sal como conservador, inhibe el proceso de descomposición
de los alimentos. La iglesia es
responsable de estorbarle al pecado, de inhibir que la maldad siga creciendo,
debe vencer con el bien, el mal.
Ser luz es un deber de evitar peligro y brindar dirección.
Jesús les respondió:
—Cada día,
el sol brilla durante doce horas. Si uno camina de día, no tropieza con nada,
porque la luz del sol le alumbra el camino. 10-11 Pero si
camina de noche, tropieza porque le hace falta la luz. Juan
11:9-10,
Y así es como Dios juzga: yo he
venido al mundo, y soy la luz que brilla en la oscuridad, pero como la gente
hacía lo malo prefirió más la oscuridad que la luz. 20 Todos los
que hacen lo malo odian la luz, y no se acercan a ella, para que no se descubra
lo que están haciendo. 21 Pero los que
prefieren la verdad sí se acercan a la luz, pues quieren que los demás sepan
que obedecen todos los mandamientos de Dios. Juan 3:19-21
Un faro usa su luz como guía; así la iglesia al
reflejar la luz de Cristo muestra a través de buenas obras, cual es el camino,
esto es Cristo.
Cuando alguno anda en tinieblas, no ve con que
tropieza. Pero el que tiene a la luz no tropieza, y la luz es Cristo. La
iglesia al tener la luz de Cristo le muestra al mundo con amor sus errores.
2. El cristiano manifiesta ser la sal de la tierra y la luz del mundo para que la gente inconversa
crea.
La sal es buena; pero si deja de estar salada,
¿cómo podrán ustedes hacerla útil otra vez? Tengan sal en ustedes y vivan en
paz unos con otros. Marcos 9:50
La sal es buena; pero si deja de estar salada,
¿cómo podrán ustedes hacerla útil otra vez? Tengan sal en ustedes y vivan en
paz unos con otros. Marcos 4:21-22
La juventud cristiana que sazona, halla gracia.
Compórtense sabiamente con los
no creyentes, y aprovechen bien el tiempo.6 Su
conversación debe ser siempre agradable y de buen gusto, y deben saber también
cómo contestar a cada uno. Colosenses 4:6
El hombre cristiano es sal cuando cuida sus
palabras y sabe cómo responder a cada uno.
Una forma de evitar la descomposición de este mundo es ser misericordioso y así
hallar gracia para con Dios y los hombres.
La juventud cristiana que alumbra, no se puede esconder.
Pero si vivimos en la luz, así como Dios está en
la luz, entonces hay unión entre nosotros, y la sangre de su Hijo Jesús nos
limpia de todo pecado. 1Juan 1:7
…para que no pequen ni nadie pueda culparlos de
nada. En este mundo lleno de gente malvada y pecadora, ustedes, como hijos de
Dios, deben alejarse de la maldad y brillar por su buen comportamiento.
Filipenses 2:15
Ser luz implica cuidar nuestra comunión unos con
otros, es ser sinceros. Hablar verdad es indispensable para cultivar relaciones
de amistad genuina. El que anda en luz no práctica las obras de la carne como
son: ira, adulterio, fornicación, envidias, idolatría, pleitos, etc. Porque
todo aquel que hace lo malo aborrece la luz.
Beneficios de cumplir el deber de ser la sal de la
tierra y la luz del mundo.
Del mismo modo, procuren ustedes que su luz brille
delante de la gente, para que, viendo el bien que ustedes hacen, todos alaben a
su Padre que está en el cielo. Mateo 5:16
La Palabra de Dios promete que si tenemos sal en
nosotros, tendremos paz unos con otros. Otra promesa es que cuando alumbre
nuestra luz delante de los hombres, y ellos vean nuestras buenas acciones,
glorificaran a nuestro Padre que está en los cielos, es decir, el mundo conocerá
a Dios.
Amado hermano, recuerda que la condenación del
mundo es que la luz vino, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque
sus obras eran malas y no vinieron a la luz para que sus obras no sean
reprendidas. Considera tu proceder, toma la decisión de ser la sal de la tierra
y la luz del mundo y conocerán por tu testimonio quien es Dios.
El Poder de Dios