La Familia de Dios – El Poder de Dios

La Familia de Dios – El Poder de Dios

José y María iban todos los años a la ciudad de Jerusalén para celebrar la fiesta de la Pascua. Cuando Jesús cumplió doce años, los acompañó a Jerusalén.
Al terminar los días de la fiesta, sus padres regresaron a su casa; pero, sin que se dieran cuenta, Jesús se quedó en Jerusalén. José y María caminaron un día entero, pensando que Jesús iba entre los compañeros de viaje. Después lo buscaron entre los familiares y conocidos, pero no lo encontraron. Entonces volvieron a Jerusalén para buscarlo.
Al día siguiente encontraron a Jesús en el templo, en medio de los maestros de la Ley. Él los escuchaba con atención y les hacía preguntas. Todos estaban admirados de su inteligencia y de las respuestas que daba a las preguntas que le hacían.
Sus padres se sorprendieron al verlo, y su madre le reclamó:
¡Hijo! ¿Por qué nos has hecho esto? Tu padre y yo te hemos buscado. Estábamos muy preocupados por ti.
Pero Jesús les respondió:
¿Y por qué me buscaban? ¿No sabían que yo debo estar en la casa de mi Padre?
Ellos no entendieron lo que quiso decirles.
Entonces Jesús volvió con sus padres a Nazaret, y los obedecía en todo.
Su madre pensaba mucho en todo lo que había pasado. Mientras tanto, Jesús seguía creciendo en sabiduría y en estatura. Dios y toda la gente del pueblo estaban muy contentos con él, y lo querían mucho. Lucas 2:41-52
Las familias no son perfectas, los padres de Jesús perdieron a su hijo temporalmente y luego no lo entendieron. En nuestros hogares pueden darse perdida temporales y problemas de falta de comprensión. La familia de Jesús nos presenta algunas lecciones importantes sobre como tener una buena vida familiar.

Los hábitos en la familia de Dios

En las familias las personas tienen buenos y malos hábitos que se adquieren en el hogar. Un hábito de los más importantes  es acudir con toda la familia de Dios a la iglesia de Cristo.
José y María iban todos los años a la ciudad de Jerusalén para celebrar la fiesta de la Pascua. Lucas 2:41
La palabra de Dios nos exhorta a tener un encuentro día a día con nuestro Padre Celestial. Algunas personas han perdido ha Jesús en el proceso de las actividades diarias y muchas de las veces no se dan cuenta.
En el versículo mencionado anteriormente podemos ver que si los padres de Jesús lo hubieran buscado en el templo no se hubieran angustiado tres días. La mejor manera de encontrar a Jesús es yendo al templo, es tener comunión en la oración, es leer su palabra que se encuentra en la Biblia, siempre. Estos son los principales lugares para encontrar a Dios y beneficiarnos en la vida. Hacer principalmente estas tres cosas es una gran necesidad en la vida de todo creyente.
Vemos que en el hogar se enseñan los principios y valores que regulan la vida de los hijos; el ejemplo es vital, pues lo que hacemos es más importante que lo que decimos.
La destrucción en las familias de Dios es el resultado de haber cambiado las instrucciones de Dios. El crecimiento se logra cuando tenemos una actitud de reconocimiento a la autoridad.
Es importante desempeñar el papel que nos corresponde como padres, esposos e hijos. El esposo es el primero que debe buscar a Dios, temerle, amarle y servirle. La mujer necesita apoyar al esposo siendo su ayuda y los hijos deben obedecer a sus padres en todo.
El Poder de Dios