El Amor de Dios – El Poder de Dios
Cuando hablamos del amor de Dios, tenemos
que acudir a las Sagradas Escrituras para encontrar el amor que Dios quiere
mostrar a la humanidad. Podemos observar que desde el Antiguo Testamento Dios
mostro su amor con el pueblo de Israel.
Y él los salvó de todas sus aflicciones. No fue un
enviado suyo quien los salvó; fue el Señor en persona. Él los
libertó por su amor y su misericordia, los levantó, los tomó en brazos.
Así lo ha hecho siempre. Isaías 63:9
El Señor dice: En el desierto me mostré bondadoso con el
pueblo que escapó de la muerte. Cuando Israel buscaba un lugar de
descanso, yo me aparecí a él de lejos. Yo te he
amado con amor eterno; por eso te sigo tratando con bondad. Jeremías
31:3
Y en el Nuevo Testamento queda manifiesto
el amor en Cristo para nosotros al enviar a su Hijo unigénito para nuestra salvación
y redención.
Dios amó tanto
a la gente de este mundo, que me entregó a mí, que soy su único Hijo, para que
todo el que crea en mí no muera, sino que tenga vida eterna. Juan
3:16
Nadie muestra
más amor que quien da la vida por sus amigos. Juan
15:13
El amor es un atributo moral de Dios; por
el cual Dios establece relaciones con sus criaturas para concederles todo el
bien posible, de manera desinteresada, incesante y perfecta.
La Biblia nos enseña el amor de Dios hacia
cada uno de nosotros y que debe ser reciproco hacia Él y a los que nos rodean.
En las Sagradas Escrituras se muestra que
el amor de Dios es sin límites. Dios es muy compasivo, y su amor por nosotros es inmenso. Por eso, aunque estábamos muertos por culpa de
nuestros pecados, él nos dio vida al resucitar a Cristo. Nos hemos salvado
gracias al amor de Dios. Efesios 2:4-5
También podemos ver como el amor del Padre es mostrado hacia
el pueblo de Israel. Con lazos de ternura, con cuerdas de amor, los
atraje hacia mí; los acerqué a mis mejillas como si fueran niños
de pecho; me incliné a ellos para darles de comer, pero ellos no quisieron volverse a mí. Oseas 11:4
Cuando Dios más llamaba al pueblo de Israel, el pueblo más se alejaba de
Él, a los baales ofrecían sacrificio y a los ídolos ofrecían sahumerios. Dios
no puede ser burlado y sabía que su pueblo se rebelaba ante Él, aunque le
llamen altísimo, sin embargo ninguno le quiere enaltecer obedeciéndolo, pero a
pesar de todo nunca los abandono ni los abandonara porque los ama.
El
amor por el Hijo es mostrado a los que son de Él. Así como el Padre me ama a mí, también
yo los amo a ustedes. Nunca dejen de amarme. Si obedecen todo lo que yo les he mandado, los
amaré siempre, así como mi Padre me ama, porque yo lo obedezco en todo. Juan 15:9-10
Es claro el amor que nos tiene nuestro Señor Jesucristo, manifestado a través
de su palabra y dejando su trono de gloria. A través de su palabra hemos sido
llamados a guardarnos fieles, hasta que él nos llame a su presencia o venga por
nosotros, lo que ocurra primero.
De igual manera nos es mostrado El amor por el Espíritu Santo. El Espíritu Santo vendrá y los ayudará, porque el
Padre lo enviará para tomar mi lugar. El Espíritu Santo les enseñará todas las
cosas, y les recordará todo lo que les he enseñado. Juan
14:26
El Espíritu Santo la tercera persona
de la divina trinidad; está con nosotros, en nosotros y sobre nosotros.
Recordemos que estamos viviendo en la Dispensación de la Gracia en la que el Espíritu
Santo en su amor tiene una parte muy importante en nuestra vida.
El amor de Dios manifestado a los que son de Él.
Nuestro Señor Jesucristo se manifestó para salvarnos. Dios nos dio
muestras de su amor al enviar al mundo a Jesús, su único Hijo, para que por
medio de él todos nosotros tengamos vida eterna. El verdadero amor no consiste en que nosotros
hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y envió a su Hijo, para que
nosotros fuéramos perdonados por medio de su sacrificio. 1 Juan 4:9-10
Demos gracias al Padre por enviar a su hijo Jesús para salvarnos del
pecado original, de nuestros pecados y de nuestra vana, vieja y austera manera
de vivir. Vivamos y disfrutemos de nuestra salvación de acuerdo a los
mandamientos establecidos por Dios en las Sagradas Escrituras.
Nosotros sus hijos tenemos una gran responsabilidad para mostrar el amor que recibimos de Dios a
nuestros “hermanos”. Amen a los demás con sinceridad. Rechacen todo lo
que sea malo, y no se aparten de lo que sea bueno. Ámense unos a otros como hermanos, y respétense
siempre. Romanos 12:10
Empecemos a manifestar que el
amor de Dios está con nosotros, entre nuestros familiares, vecinos y compañeros
de trabajo. Pero debemos manifestarlo también con nuestros hermanos en Cristo Jesús,
escuchándolos, orando por ellos y apoyándolos de acuerdo a nuestras responsabilidades,
en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.
Nosotros sus
hijos ya tenemos el Espíritu Santo, mostremos el fruto del Espíritu a los que
nos rodean. El Espíritu
de Dios nos hace amar a los demás, estar siempre alegres y vivir en paz con
todos. Nos hace ser pacientes y amables, y tratar bien a los demás, tener
confianza en Dios, ser humildes, y saber controlar nuestros malos
deseos.
No hay ley que esté en contra de todo esto. Y los que somos de Jesucristo
ya hemos hecho morir en su cruz nuestro egoísmo y nuestros malos deseos. Si el
Espíritu ha cambiado nuestra manera de vivir, debemos obedecerlo en todo. Gálatas 5:22-25
Es
importante que mostremos el fruto del Espíritu que hay en nosotros a los demás para
que crean a Dios y crezcamos en la obra
del Señor. Demos gracias a Dios por lo que de Gracia hemos recibido, esforcémonos
y seamos valientes cada día mas en el ministerio que el Señor Jesucristo nos ha
confiado. Y si no tenemos, pidámoslo al Señor.
En medio de
los tiempos que estamos viviendo recordemos que Dios está con nosotros porque Él
así lo prometió. Él muestra su amor para
con nosotros, caminemos confiando en el amor de Dios Padre, de Dios Hijo y de
Dios Espíritu Santo.
Pasaje para
memorizar:
Romanos
5:8 Pero Dios
nos demostró su gran amor al enviar a Jesucristo a morir por nosotros, a pesar
de que nosotros todavía éramos pecadores.
El Poder de
Dios